Aunque con la madurez y el desarrollo tendemos a olvidarlo, el ser humano -al igual que otros seres animados de este mundo- comienza a observar desde el momento en que abre los ojos a este mundo, tras su nacimiento. Desde esa primera observación, por mimetismo o imitación, comienza a aplicar lo observado, cíclicamente, tratando de desplazarse de forma similar a sus semejantes: gatear, caminar, correr...
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Analógicamente, en esta nueva fase de aprendizaje, se debe tener presente que hay una secuencia de etapas que se deben cumplir. Quizá sea ésta la primera lección: el proceso de aprendizaje debe cumplir, desarrollar, unas fases para que se asienten y fortalezcan una bases, una "piernas", sobre las que nos apoyaremos mañana cuando queramos caminar y correr.
Esta bitácora (blog, para los angloparlantes) pretende servir de pizarra escolar sobre la cual trazar nuestros primeros palotes, los primeros trazos, precursores de lo que será nuestra caligrafía y, con ella, a las primeras comunicaciones, a los primeros mensajes, que ayuden en el establecimiento de relaciones con otros lectores internautas.
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EL APRENDIZ DE ESCUELA.