jueves, 21 de febrero de 2013

En la Antigua Grecia se conoció como Academos (o Academo) a un héroe ateniense que enseñó a Cástor y Pólux, cuando invadieron el Ática para liberar a Helena, el lugar donde la había ocultado Teseo. En recompensa, los dos hermanos salvaguardaron en su conquista la tierra perteneciente a Academos, a  orillas del Cefiso, a  6 estadios de Atenas. Más tarde, sobre ella, convertida en un jardín de olivos y de plátanos, Platón y sus discípulos conversaron durante largas horas sobre diferentes puntos de filosofía. Así, a esa escuela, se le conoció en la Antigüedad con el nombre de Academia.

Aunque con la madurez y el desarrollo tendemos a olvidarlo, el ser humano -al igual que otros seres animados de este mundo- comienza a observar desde el momento en que abre los ojos a este mundo, tras su nacimiento. Desde esa primera observación, por mimetismo o imitación, comienza a aplicar lo observado, cíclicamente, tratando de desplazarse de forma similar a sus semejantes: gatear, caminar, correr...

Analógicamente, en esta nueva fase de aprendizaje, se debe tener presente que hay una secuencia de etapas que se deben cumplir. Quizá sea ésta la primera lección: el proceso de aprendizaje debe cumplir, desarrollar, unas fases para que se asienten y fortalezcan una bases, una "piernas", sobre las que nos apoyaremos mañana cuando queramos caminar y correr.

Esta bitácora (blog, para los angloparlantes) pretende servir de pizarra escolar sobre la cual trazar nuestros primeros palotes, los primeros trazos, precursores de lo que será nuestra caligrafía y, con ella, a las primeras comunicaciones, a los primeros mensajes, que ayuden en el establecimiento de relaciones con otros lectores internautas.

En recuerdo a las escuelas de nuestros abuelos, donde además de las pizarras escolares, individuales, existían unas mesas adheridas a unas bancadas conocidas como pupitres, hemos reservado uno de ellos para aquel héroe griego con el que hemos comenzado esta entrada y así nos ayudarán ambos elementos a identificar nuestro espacio cibernético donde expresarnos, y APRENDER a hacerlo.

EL APRENDIZ DE ESCUELA.